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Hace poco más de un mes Málaga se convertía, una vez más, en el epicentro de la cultura francófona. Las luces se apagan, el proyector se enciende y la magia comienza. Y un año más, esa magia ha tenido un aroma especial: el aroma del agua y la historia.
En Hammam Al Ándalus creemos firmemente que el bienestar no es solo físico; es también emocional y cultural. Por eso, ha sido un inmenso honor participar como patrocinadores oficiales del Festival de Cine Francés de Málaga, un evento que une orillas, lenguajes y emociones.
Si te perdiste algún detalle, te invitamos a recorrer con nosotros esta crónica de una semana inolvidable donde el séptimo arte y la tradición del baño andalusí se dieron la mano.
El inicio: desvelando la magia
Todo comenzó con la expectación propia de las grandes citas. Estuvimos presentes en la rueda de prensa oficial, el momento en el que se descorrió el velo de la programación. Fue emocionante conocer de primera mano las películas concursantes y las actividades paralelas que llenarían de vida la ciudad.
Fue un placer compartir este momento inicial con figuras institucionales clave y por supuesto, con los medios de comunicación. Tuvimos la oportunidad de coincidir con la Concejala de Cultura, Mariana Pineda, así como con otros representantes de organismos públicos y privados cuyo apoyo es vital para el festival. Allí, rodeados de quienes impulsan la cultura en nuestra ciudad, reafirmamos nuestro compromiso: no estamos aquí solo como observadores, sino como parte activa del tejido que hace vibrar a Málaga.

De la pantalla al agua: nuestra presencia en las salas
La Gala de Inauguración fue el pistoletazo de salida perfecto. Disfrutamos enormemente de ‘Nouvelle Vague’, la nueva película de Richard Linklater, una experiencia que nos recordó por qué el cine es capaz de transportarnos a otros mundos.
Pero la emoción fue doble. Antes de cada proyección, las salas se llenaron con la atmósfera de nuestro Hammam gracias a un spot que refleja la belleza de nuestras instalaciones. Ver la esencia de nuestro centro de Málaga en la gran pantalla, precediendo a obras de arte cinematográficas, fue un momento de orgullo.
Queríamos que esa conexión no se quedara solo en la butaca. Por ello, obsequiamos a los asistentes a las proyecciones con un descuento exclusivo. Nuestro objetivo era claro: invitar al espectador a continuar su viaje sensorial. Después de alimentar el espíritu con buen cine, ¿qué mejor que cuidar el cuerpo y la mente en nuestras termas?
Un refugio para los artistas
Un festival es un torbellino de emociones, entrevistas y flashes. Sabemos que los creadores necesitan momentos de pausa para reconectar consigo mismos.
Durante la semana del festival, tuvimos el placer de abrir las puertas de Hammam Al Ándalus Málaga a directores, actores y artistas invitados. Fue un privilegio ver cómo figuras destacadas del cine francés encontraban en nuestras instalaciones un oasis de paz en medio de la vorágine del festival. El agua, el silencio y los masajes se convirtieron en el mejor guión para su descanso.
El broche de oro: el Premio del Público Hammam Al Ándalus
Toda gran historia tiene un final memorable, y la Gala de Clausura no fue la excepción. Fue el momento de reconocer el talento y la conexión emocional.
Tuvimos el honor de entregar el que quizás es el galardón más democrático de todos: el Premio del Público Hammam Al Ándalus a la conmovedora película ‘Muganga, Celui Qui Soigne’, de la directora Marie-Hélène Roux.
Este premio es especialmente significativo para nosotros porque, al igual que en nuestro Hammam, el protagonista final siempre es la persona que vive la experiencia. Entregar este reconocimiento en nuestro nombre simboliza nuestra dedicación a escuchar y cuidar a quienes nos visitan, ya sea en el agua o a través del arte.
Un compromiso con la cultura en Málaga
El XXXI Festival de Cine Francés de Málaga ha bajado el telón, pero la sensación de comunidad y belleza permanece.
En Hammam Al Ándalus, seguiremos apoyando las iniciativas que enriquezcan el alma de nuestra ciudad. Porque el cine, al igual que el Hammam, es un viaje necesario hacia el interior de nosotros mismos.
Gracias por compartir el relato en la gran pantalla y a quienes, tras los créditos, vinisteis a sentir la memoria del agua, convirtiendo el cine en ritual y la historia en piel.
¡Nos vemos en las termas!
