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Descubre el Castillo de Gibralfaro

20 octubre, 2020 Turismo

De todos los lugares de nuestra siempre querida ciudad de Málaga, el castillo de Gibralfaro supone el mejor lugar desde el que obtener la panorámica definitiva de la capital de la Costa del Sol.

La historia del Castillo de Gibralfaro

Hay lugares que aún conservan los susurros de otro tiempo, los auténticos ecos de la historia. Y explorando los muchos secretos de la Costa del Sol andaluza, la mayoría de las miradas apuntan al majestuoso Castillo de Gibralfaro, uno de los grandes orgullos de la ciudad de Málaga.

Concebido como antigua fortaleza fenicia en torno a un faro que bautiza el cerro de Gibralfaro, el origen del actual castillo bebe de la influencia de Abderramán III, quien transformó las antiguas ruinas desperdigadas por la montaña en un exuberante alcázar. 

Tras los años de dominio andalusí, los Reyes Católicos lideraron un fiero asedio para tomar el control de la construcción en verano de 1487. Poco después, se convertiría en residencia de Fernando el Católico mientras su esposa, Isabel I de Castilla, preferiría retirarse a la ciudad.

Dividido en dos partes (una superior, que engloba el patio y el Centro de Interpretación, la Torre Mayor y el pozo fenicio; y una inferior en torno al patio de armas y la Torre Blanca surcada por un aljibe), el Castillo de Gibralfaro no solo supone hoy el mejor pulmón histórico a la hora de comprender el pasado de Málaga, sino también el mejor mirador desde el que sucumbir a un atardecer mágico. 

Gibralfaro

Impresionantes vistas desde Gibralfaro y la Alcazaba 

Uno de los mejores planes tras un día de visita en Málaga consiste en acercarse hasta el mirador de Gibralfaro, uno de los lugares estratégicos para disfrutar de un final de jornada relajante, místico.

En concreto, el Castillo de Gibralfaro se compone de dos miradores diferentes. El primero del monte de Gibralfaro se sitúa a una altitud más baja, permite obtener una panorámica alucinante tanto de la Catedral de la Encarnación como del Puerto de Málaga, la Plaza de Toros o la Farola de Málaga, curiosamente, el único faro de la península con nombre femenino. Este punto resulta de lo más interesante porque, a nuestras espaldas, queda la impresionante muralla nazarí que envuelve la Alcazaba de Málaga.

Por su parte, el segundo mirador se encuentra a una mayor altitud, no lejos del anterior, también en el monte de Gibralfaro. Este lugar permite obtener hermosas vistas de la playa de La Malagueta, la Plaza de Toros y el área más oriental de la ciudad. Además, por supuesto, del mencionado Castillo. 

Si no sabes por cual decidirte, ambos son de lo más recomendables, si bien nosotros nos quedamos con el segundo, más icónico y amplio.

Porque muchas veces el atardecer gana enteros desde el lugar en el que lo contemplamos, disfrutar del final del día envolviendo los ecos de la historia malagueña supone más una terapia que un simple pasatiempo.

 

 

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