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El legado árabe en Málaga

30 junio, 2023 Cultura

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De las distintas civilizaciones que han pasado por la ciudad de Málaga, todavía quedan en pie numerosas muestras culturales y monumentales de su legado árabe. En sus calles, en sus monumentos, en su ocio y en sus platos todavía vemos reflejada la riqueza de aquellos ocho siglos de presencia musulmana en la ciudad. Descubrir la Málaga árabe es también uno de los grandes placeres de visitarla.

La huella histórica árabe en Málaga

Los fenicios fundaron la ciudad de ‘Malaka’ allá por el año 800 a.C., un nombre que la designó como ‘lonja de pescado salado’. Pero a lo largo de los siglos se sucedieron diversos pueblos que dejaron su huella en la localidad: griegos, cartagineses y romanos construyeron su propia huella histórica sobre la ciudad hasta que ésta se convirtió en la Málaga árabe.

El pueblo musulmán llegó a la ciudad a principios del siglo XVIII e hizo de ella una Málaga próspera. Durante el período que duró la presencia musulmana en Málaga, la ciudad experimentó un importante crecimiento económico. De hecho, los documentos de entonces la certifican como una de las mejores ciudades de todo Al-Ándalus durante el siglo IX.

Cinco grandes puertas -entre ellas, la Puerta de Atarazanas- daban acceso al interior de su muralla, que protegía a la población y a los pobladores de su imponente Alcazaba. Su resistencia fue tal que, pese a que el primer intento de conquista se produjo en el siglo XIV, no fue hasta 1487 cuando Málaga fue tomada por los Reyes Católicos. Y no es una referencia menor, pues Granada fue la última ciudad de Al-Ándalus en caer y lo hizo solamente cinco años después.

El legado cultural árabe en Málaga

La Málaga árabe se prolongó durante unos ocho siglos, lo cual se traduce hoy en día en un importante legado cultural. El trazado de sus calles, algunos de los platos de su gastronomía y, por supuesto, muchos de sus monumentos, todavía hoy nos recuerdan la riqueza de su herencia.

Uno de los principales ejemplos patrimoniales de la cultura árabe en Málaga es su Alcazaba, situada en el Monte Gibralfaro. Es una fortificación islámica muy bien conservada que se ubica en el centro de la capital, con bellos jardines y unas espectaculares vistas que hacen que hoy sea una visita obligada para todos los que llegan a la ciudad y quieren conocer su historia.

Fue construida sobre los restos de una antigua fortaleza fenicia y fue utilizada por la alta nobleza a lo largo de los siglos como refugio o como residencia palaciega.

Sólo la pudieron vencer el hambre y la sed de quienes la defendían, y su deterioro se debe a todas las guerras y terremotos posteriores que ha tenido que soportar. Pero ahora se encuentra muy bien conservada y es una cita ineludible para los visitantes.

Eso sí, la Alcazaba no es el único enclave que nos recuerda el paso del pueblo árabe por Málaga. El Mercado Central de Atarazanas, por ejemplo, nos recuerda que antes de su uso actual este lugar sirvió para la construcción, reparación y conservación de embarcaciones.

Y, si tenemos en cuenta la presencia árabe en toda la provincia de Málaga, la lista de monumentos se hace interminable:

  • Las ruinas de Bobastro, en Ardales, al norte de la provincia, población que Omar ben Hafsún convirtió en capital de sus dominios tras sublevarse contra el emir de Córdoba en el año 880.
  • Los baños árabes de Ronda.
  • La Casa del Rey Moro de Ronda, uno de los lugares emblemáticos de la localidad.
  • La Puerta de Almocábar de Ronda.
  • Las Murallas de Albacara, también en Ronda.
  • La Torre de Escalante, en el pueblo de Istán.

Todos ellos forman parte de ese legado patrimonial de la Málaga árabe que hoy en día podemos visitar.

Ocio para disfrutar de la Málaga musulmana

Si hay un lugar de ocio que representa como ningún otro a la Málaga árabe, ése es Hammam Al-Ándalus. Situados en la emblemática Plaza de Los Mártires, en pleno centro de la ciudad, estos baños árabes han sido rehabilitados para ofrecernos una experiencia única en torno a uno de los elementos más simbólicos del legado musulmán: el agua.

En ellos se puede disfrutar de cinco termas de agua de diferentes temperaturas, salas de vapor, salas de reposo donde beber un té de menta y salas para la relajación total de cuerpo y mente a través de un masaje.

En Hammam-Al-Ándalus se puede disfrutar de una experiencia sensorial inigualable, tanto en solitario como en pareja o con amigos.

Nada mejor para empaparse de las costumbres de ocio de la Málaga árabe que en las piscinas termales o los relajantes jacuzzis de Hammam. El contraste con su piscina de hielo, el disfrute de los más delicados aromas -¿sabías que la biznaga tiene origen árabe?- o el placer de dejarse mimar por un masaje exfoliante, purificador y estimulante es la mejor manera de viajar a Málaga y a sus antepasados.

Dónde disfrutar de la comida árabe en Málaga

Para completar el disfrute de la Málaga árabe, solamente tenemos que degustar algunos de los platos más comunes de nuestra gastronomía actual. Entre los dulces más destacados, los churros, los buñuelos o los pestiños datan de esa época. También la granada, la sandía, el higo o el melón se los debemos a nuestros antepasados musulmanes, entre otras muchas frutas deliciosas. Por no mencionar especias muy comunes en nuestros platos son como el azafrán, la albahaca o el comino.

¿Y dónde comer platos que nos recuerden a la Málaga árabe en la ciudad?

  • Restaurante Al-Yamal. Te encantarán el cuscús y su decoración tradicional.
  • Darna restaurante. Con una elegante decoración y unos platos para repetir.
  • Anahita Bistró Restaurante. Con comida típica iraní muy bien elaborada y con recetas muy interesantes, ¡incluidos los postres!

En ellos podrás completar tu visita a la Málaga árabe dejándote conquistar por los sabores que el pueblo musulmán dejó en la ciudad como parte de su huella histórica. Una buena manera de acercarte al legado islámico malagueño con los cinco sentidos.

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