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VIVA LA FERIA DE MALAGA Y SUS VERDIALES

18 agosto, 2017 Cultura, Historia

Existen tradiciones que nunca deberían perderse. En Málaga hay una manifestación artística que se remonta muy atrás en el tiempo, los verdiales. Durante su feria, muchas pandas hacen bailar a sus gentes al compás de este particular fandango y la reivindican como una de las formas más primitivas de este género.

¡Viva la feria de Málaga y sus verdiales!

Las pandas de verdiales no pasan desapercibidas. Será por su fuerza, por sus sombreros de colores, por su originalidad o por su particular soniquete. Lo que está claro es que invaden las calles de Málaga de alegría. La Fiesta de Verdiales es antiquísima. Este estilo casi no ha evolucionado en su forma desde su origen, lo que le ha permitido conservar sus raíces y su autenticidad. Según algunos flamencólogos los verdiales son la forma más primitiva de fandango malagueño y casi con seguridad la del fandango andaluz. ¡Cómo dejar de celebrar una fiesta de este calibre!

¡Viva la feria de Málaga y sus verdiales!

Los verdiales ya eran populares durante el Imperio Romano y siguieron poniendo banda sonora a los montes y campos de Málaga tras la invasión árabe.  Hasta en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles hay un mosaico y una pintura donde podemos ver a músicos tocando instrumentos similares a los de una panda de verdiales.

Esta particular orquestina se compone de un violín, castañuelas, un pandero, crótalos, y dos o cuatro guitarras. Otra de las figuras importantes es el alcalde que con ayuda de su varilla o vara de mando dice quién canta y da autorización al comienzo y el final de cada canción. Hay más elementos que lo hacen único, como la caracola marina adornada con cintas de colores, que antiguamente tenía una función, ya que cuando sonaba avisaba también a los cortijos cercanos de la llegada de la panda de música.

¡Viva la feria de Málaga y sus verdiales!

Todo apunta a que se trata de una tradición morisca. Así lo escribió en su libro «Viaje por España», el barón Charles Davillier,“Los primitivos aires de verdiales malagueños tienen sin duda un origen morisco, son las mismas melodías que cantaban acompañándose del laúd, los súbditos de Ib Alcamar y Boabdil el Grande. Sus coplas son trozos de antiguos romances moriscos”.  También el poeta cordobés Ricardo Molina y el cantaos Antonio Mairena dijeron que  “Se trata de un cante típicamente morisco en el que sin duda resuenan ecos del primitivo fandango de los moros andaluces, representando el instrumental la proyección estilizada de la orquesta norteafricana”

El origen de los verdiales es campesino y se asocia a distintos puntos de la provincia malagueña: la comarca de la Axarquía, el Valle del Guadalhorce y los Montes de Málaga. Aunque en feria es muy típico que muchas pandas actúen en la feria del centro y también en la del Real, la Fiesta Mayor de los Verdiales se celebra el 28 de diciembre. Esto desencadena que a los aficionados de verdiales se les llame fiesteros o tontos, ya que este día es la fiesta de los Santos Inocentes también.

¡Viva la feria de Málaga y sus verdiales!

Los verdiales emocionan al malagueño y al visitante de la misma manera. No hacen distinción de procedencia y acogen a todo el mundo con la misma intensidad. Esta representación festiva habla de un territorio muy concreto, de sus gentes, de sus caminos, de sus tradiciones. Por eso, desde 2009 está en el proceso de ser declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Actividad de Interés Etnológico.

¡Viva la feria de Málaga y sus verdiales!

Lo mejor para descubrirlos es andar por Calle Larios durante sus días de feria o ir a la Caseta de Verdiales en el Cortijo de Torres por la noche. Aún así, los verdiales son cosa de todo el año y se pueden disfrutar en las ventas de la provincia o en los pueblos de las comarcas donde son típicos.

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