En la visita a la ciudad andaluza, no puede faltar el paseo por su centro histórico, en el cual se encuentra la Catedral de Málaga y ocupa sin lugar a dudas, un lugar privilegiado en la agenda de todo los visitantes. Lo cierto es que son muchas las personas que aún no saben el por qué se le llama a esta catedral: La Manquita.
Las obras de construcción se iniciaron en el siglo XVI y estos trabajos se extendieron por dos siglos y medio. La Manquita de Málaga no se terminó, pero la mayor evidencia del trabajo inacabado es la falta de la torre sur, la cual estuvo planificada al principio por el arquitecto Diego de Siloé.
Además de esto, la Catedral de Málaga: La Manquita, posee otros elementos que tampoco fueron culminados. Una balaustrada que se preveía en la parte superior de la construcción y diversos elementos de decoración.
En la actualidad, se puede presenciar lo que fue un proceso complejo de construcción que comenzó con un estilo arquitectónico gótico y con el pasar del tiempo, se mezcló con estilos barroco y renacentista.
El nombre oficial de La Manquita de Málaga es Nuestra Señora de la Encarnación y es considerada el mayor atractivo arquitectónico de la ciudad, siendo este, el monumento más representativo de Málaga.
HISTORIA DEL APODO DE LA MANQUITA
Dentro de la historia de Málaga es necesario resaltar cómo comenzó lo que hoy conocemos como Catedral de Málaga, llamada La Manquita.
Esta catedral se empezó a construir sobre lo que fue la mezquita mayor de la ciudad. La misma contaba con cinco naves y fue después de la Reconquista, cuando al entrar los Reyes Católicos a la ciudad de Málaga, uno de los primeros eventos que se organizaron fue la consagración de dicha mezquita en una misa multitudinaria.
En el año 1528 comenzaron las obras para lo que sería la nueva catedral. Lo primero que se llevó a cabo fueron las reformas de mayor envergadura y más importantes. Sin embargo, la obra era colosal y no se contaba con la financiación necesaria para acabarla. Por esta razón, fue necesario detener las obras durante más de cien años para reanudarse en el siglo XVIII, con la peculiaridad de la torre sur que nunca se construyó.
Una de las fachadas de La Manquita de Málaga, da a la Plaza del Obispo, en la que se puede disfrutar de un espacio agradable, con terrazas para que los visitantes puedan sentarse a comer y tomar lo que deseen, mientras disfrutan de un entorno único. Además en esta zona, se puede observar con facilidad el contraste que generan, la torre norte de la catedral que alcanza los ochenta y cinco metros junto a la inacabada torre sur y es por esta razón, se le llama La Manquita a la majestuosa catedral malagueña.